Contar con un abogado en la empresa es una práctica necesaria.
Te permitirá desarrollar tu actividad comercial con tranquilidad y bajo respaldo legal en todo momento, tanto en el ámbito laboral cuando debas tomar decisiones en relación a tu personal (contrataciones laborales, desvinculaciones, sanciones disciplinarias), así como en materia comercial y civil (negociación, redacción, revisión y cierre de contratos).
También podrás contar con la asistencia y defensa en procedimientos administrativos, judiciales y/o arbitrales.
De esta forma, tu empresa podrá prevenir y/o minimizar riesgos vinculados con lo jurídico para enfocarse plenamente en impulsar el éxito del negocio.
El asesoramiento jurídico te ayudará a impulsar tu negocio y asegurarte de firmar contratos favorables a tus intereses, incorporando las cláusulas contractuales que se ajusten a las necesidades de tu negocio.
Un contrato mal redactado genera discusiones sobre el contenido de las condiciones pactadas, las que incluso pueden ser objeto de debate en un proceso judicial y/o arbitral.
Para que un contrato no genere más costos que beneficios, y realmente puedas maximizar su utilidad, es fundamental el debido asesoramiento legal.
Todo procedimiento de contratación pública consta de diversas etapas y plazos debidamente reglamentados.
Una vez que tomes conocimiento del rechazo de tu oferta, es fundamental que te asesores legalmente para determinar qué tipo de impugnación debes formular ante la Administración correspondiente.